sábado, 30 de octubre de 2010

Ser o no ser. Tener o no tener. La duda del siglo.


¿Ser o no ser tu mismo? ¿Tener o no tener personalidad?
Los jóvenes de hoy en día se enfrentan a diario con esas dos maravillosas cuestiones. ¿Qué es lo que incumbe cada una? Creo que depende de cada persona. Ser tu mismo puede desembocar, muchas veces, en el rechazo. Claro que, si eres "el tú de verdad" puedes tener por seguro que lo que no te falta es personalidad. Puedes ser rechazado por los demás, pero a eso también se le puede llamar desprecio ya que eres diferente a ellos y es algo que no les cabe en la cabeza . Mientras tú mismo no te rechaces y estés orgulloso de ser quién eres, la autoestima estará en un alto nivel. En cambio, si te dejas o te abandonas a escuchar los millones de críticas que rondan alrededor de ti en tu instituto, puedes dar por hecho que la cosa no irá bien. Aunque cueste decirlo, en caso de abandono de uno mismo, para la supervivencia de uno mismo, puede compensar más el intentar entrar en el "agujero sin salida". Ese del que si quieres formar parte tienes que pasar cinco mil doscientas pruebas físicas y emocionales para que te consideren adecuado para su "amplio" círculo de personalidades y amistades. Algo que me parece, muy patético. ¿Cuál es la mejor opción? Pues, ser tú mismo y crear tu propio "agujero sin salida" del que nunca nadie podrá formar parte ya que los demás son todos iguales, como si fueran una sola persona con una sola personalidad.

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